
Trabajos en proceso
Las Luisas es una serie que comencé a finales de 2019, en la que trabajo con la idea del amor romántico a partir de las historias de amor de las telenovelas que marcaron mi infancia y adolescencia.
Se trata de una serie extensa que se desarrolla de manera orgánica, sin un plan previo, y que hasta ahora no ha tenido instancias formales de exhibición, más allá de publicaciones en redes sociales.
El trabajo aborda el amor romántico desde múltiples perspectivas: por un lado, el embelesamiento, la vulnerabilidad y la entrega; por otro, las dinámicas de poder, las disparidades y la lógica de ganadores y perdedores que a menudo subyace en estas narrativas.
Aunque el punto de partida es la fotografía, la serie se expande de manera natural hacia otros medios como el video y la instalación, generando un cuerpo de obra que se mueve entre la imagen fija y el relato en movimiento.
Pienso en una posible exhibición como una gran instalación, construida en capítulos o escenas que inviten al espectador a recorrer una especie de telenovela fragmentada, donde los relatos y las emociones se suceden de manera casi cinematográfica.


Las Luisas
Este proyecto comenzó en 2020 como una exploración abierta, un proceso en constante devenir que desafía las estructuras tradicionales de la narrativa artística. Sin una forma fija ni un objetivo predeterminado, la serie se despliega como un campo de experimentación donde las subseries y las muestras independientes emergen como fragmentos de un discurso más amplio.
Obras como Reflejos en el Templo, Dulce de Batata y El Cuerpo del Puto funcionan como nodos en una red, cada uno interrogando las relaciones entre identidad, cultura y poder. La serie no busca una conclusión definitiva, sino que se presenta como un espacio de reflexión sobre la construcción del sujeto en relación con su entorno social y simbólico.
Se inscribe en la tensión entre lo individual y lo colectivo, entre la autoafirmación y la imposición cultural. La identidad homosexual, en este contexto, se convierte en un acto de resistencia y de cuestionamiento de los sistemas que intentan definir y limitar la existencia. La discriminación, en su forma más estructural, se revela como un mecanismo de supervivencia cultural, un modo de mantener ciertos discursos y jerarquías.
El trabajo es multidisciplinario, articulando fotografía, video, lenguaje escrito y oral, creando un entramado de significados que desafían las categorías tradicionales del arte. Las plataformas digitales —Instagram y Spotify— funcionan como extensiones del pensamiento, espacios donde las ideas y las imágenes dialogan en tiempo real, generando un campo de tensión y producción constante.
Este proyecto, en su esencia, es una reflexión sobre los modos en que el arte puede ser un acto de resistencia conceptual, un espacio donde las ideas se materializan y se confrontan con las estructuras de poder y cultura.


Puto, La serie

Procesos de trabajo
Mi trabajo tiene mucho de experimentación, en mi taller, que se parece mucho a un laboratorio, experimento con materiales, ideas e intuiciones. Mezclo elementos que aparecen, desaparecen, mutan y, a veces, se revelan con el tiempo. Muchas de las piezas que desarrollo comienzan como una posibilidad latente, y pueden pasar años hasta que encuentran su lugar en un proyecto.
Lo descubrí por primera vez experimentando desde lo fotográfico, cuando me encontré con un libro antiguo, de páginas amarronadas por el tiempo, y lo usé como soporte para retratos. Aparecieron capas, colores, expresiones nuevas. Muchas surgieron por azar y son imposibles de repetir: hay gestos que solo ocurren una vez.
Desde entonces, empecé a trabajar en el cruce entre fotografía y materiales diversos. Me interesa especialmente la técnica de transferencia fotográfica y la recolección de elementos de mi entorno inmediato: piedras, maderas, restos de objetos rotos, hojas de libros, papeles encontrados. La fotografía dejó de ser el centro y pasó a integrarse como una parte dentro de un proceso más amplio, donde lo matérico tiene un protagonismo equivalente.
A lo largo del tiempo, fui ampliando mis medios. Trabajo también con video, costura, tejido, y exploro ideas en torno al sonido. En todos los casos, lo que me interesa es construir una narrativa visual que se sitúe en un límite: ese borde inestable desde donde la obra puede tensarse y abrirse a múltiples lecturas, tanto poéticas como sensuales. El uso de materiales poco ortodoxos es parte de esa búsqueda: me atrae lo que se desvía, lo que incomoda con sutileza, lo que desmonta suavemente las formas esperadas.


Procesos Artísticos
Desarrolla sus conocimientos y experimentaciones de manera autodidacta trabajando desde la fotografía, con una investigación en el campo de la transferencia fotográfica y sus diferentes soportes.


Proyectos Colaborativos
Mapa de Vínculos (2014-2020): Junto a las artistas Carina Cervigni y Erica Naito, Javier conformó un grupo de trabajo que indagó en las posibilidades de generar vínculos afectivos y creativos a partir de una práctica artística compartida. El proyecto propuso una forma de hacer basada en el entretejido de relaciones, donde el proceso de creación se volvía inseparable del lazo personal entre sus integrantes. Esta experiencia colectiva abrió preguntas sobre los modos de producción colaborativa y el arte como espacio de encuentro.
Proyecto Agatha (2021 - Actualidad): Trabajo en colaboración con Verónica Molas en torno a la idea de la eventualidad, abordada a través de un personaje ficticio —Ágatha— que nunca termina de tomar una forma definitiva. Este proyecto se mueve en los límites de la narración y la representación, proponiendo una presencia difusa que se manifiesta en fragmentos, gestos o evocaciones. La figura de Ágatha funciona como catalizadora de una investigación sobre la identidad, la ausencia y lo inacabado.
