
Caja de Sueños
Soñamos,
inevitablemente.
Cuánto relata/dibuja/hace sentir un sueño.
El tiempo se frena.
No hay un mundo conocido capaz de albergarlo.
Quizás por eso lo estudian,
lo simbolizan,
para poder meterlo en algún registro.
El sueño sólo es.
Con eso, ya basta.












Título: Rocío
De la Serie: Caja de Sueños
Técnica: Impresión sobre hojas de libros antiguos, varilla de alambre, caja de madera
Tamaño: 30 cm x 25 cm
Año: entre 2017 y 2020
Precio: USD 600


Título: Javier
De la Serie: Caja de Sueños
Técnica: Impresión sobre hojas de libros antiguos, varilla de alambre, caja de madera
Tamaño: 30 cm x 25 cm
Año: entre 2017 y 2020
Precio: USD 600


Título: Alejandra
De la Serie: Caja de Sueños
Técnica: Impresión sobre hojas de libros antiguos, varilla de alambre, caja de madera
Tamaño: 30 cm x 25 cm
Año: entre 2017 y 2020
Precio: USD 600


Título: Lourdes
De la Serie: Caja de Sueños
Técnica: Impresión sobre hojas de libros antiguos, varilla de alambre, caja de madera
Tamaño: 30 cm x 25 cm
Año: entre 2017 y 2020
Precio: USD 600


Título: Denise
De la Serie: Caja de Sueños
Técnica: Impresión sobre hojas de libros antiguos, varilla de alambre, caja de madera
Tamaño: 30 cm x 25 cm
Año: entre 2017 y 2020
Precio: USD 600



Utilizando las mismas hojas de libros antiguos que en la serie Puzzles, en esta obra decidí conservar el libro armado, mantener su forma original como objeto cerrado y al mismo tiempo desplegable, como una metáfora del pensamiento o del sueño mismo. El retrato se construye a partir de una sucesión de pequeñas franjas distribuidas en distintas páginas, como si fueran tiras que, al unirse, conforman una figura fragmentaria pero reconocible. Esta técnica propone una lectura visual que interrumpe —y a la vez prolonga— la linealidad del texto.
El sueño, aquí, permanece inentendible en palabras. Las frases son ilegibles, desdibujadas por la imagen que se impone sobre ellas. Se desarrolla en un ámbito íntimo, intocable, protegido, como si el libro mismo funcionara como un refugio para esa ensoñación opaca, inaccesible desde la lógica.
La obra juega con el registro humano posible: la palabra escrita. La utiliza como sostén, como estructura, pero también la desborda. En este cruce entre texto e imagen, el lenguaje se convierte en materia visual y el contenido en experiencia. La imagen supera al texto, lo cubre, lo transforma. Invierte el orden habitual de la comprensión. El sueño se manifiesta, pero nunca se explica: se ofrece como una presencia que no necesita traducción, una forma que habita el límite entre lo legible y lo visible.